El 8 de marzo de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha emblemática que resuena con la lucha por la igualdad de género en todo el mundo. Desde su instauración, este día sirve como un recordatorio de los avances alcanzados en materia de derechos de la mujer, así como de las batallas que aún quedan por librar.
En la actualidad, las cifras nos recuerdan la urgencia de seguir trabajando hacia la igualdad. Según el Informe Mundial sobre Salarios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2022, la brecha salarial de género sigue siendo una realidad palpable, con las mujeres ganando aproximadamente un 20% menos que los hombres a nivel mundial. Esta disparidad económica no solo perpetúa la desigualdad, sino que también afecta la autonomía y el empoderamiento de las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
En nuestro país también persisten las desigualdades salariales y de condiciones de trabajo, entre varones y mujeres. Aunque la información específica puede variar según fuentes y estudios, estos son algunos datos generales.
· Brecha Salarial. Según el Informe de la OIT, las mujeres en Paraguay ganan aproximadamente un 16% menos que los varones, en términos de salario promedio. Esta brecha salarial refleja desigualdades estructurales y sociales que afectan negativamente a las mujeres en el ámbito laboral.
· Participación Laboral. A pesar de que las mujeres representan una parte significativa de la fuerza laboral en Paraguay, su participación sigue siendo menor en comparación con la de los varones. Según datos del Banco Mundial, en 2020, la tasa de participación laboral de las mujeres mayores de 15 años era del 56.6%, mientras que la de los varones era del 85.2%.
· Condiciones de Trabajo. Las mujeres paraguayas también enfrentan desafíos en cuanto a las condiciones de trabajo, incluyendo la falta de acceso a empleos formales, la discriminación de género en el lugar de trabajo y la falta de oportunidades de desarrollo profesional. Además, muchas mujeres trabajan en sectores informales o en empleos precarios, lo que puede exponerlas a condiciones laborales desfavorables y a la vulneración de sus derechos laborales.
Es fundamental reconocer que la lucha por los derechos de las mujeres no es solo responsabilidad de las propias mujeres, sino de toda la sociedad. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la construcción de un futuro más igualitario y justo, porque la equidad de género permite desarrollar sociedades más justas, inclusivas y prósperas. Juntos, podemos crear un mundo donde todas las personas, sin importar su género, puedan alcanzar su máximo potencial y vivir vidas libres de discriminación y violencia.